Destino 48: Detrás de una montaña de sueños

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Por si alguien duda de su determinación para vivir subiendo y bajando de escenarios, ellos lo dejan claro y por escrito: «No voy a echarme atrás por una vida barata, mis canciones son mi traje y mi corbata». Es parte de la letra de A ras de cielo, corte de Sol de invierno, el nuevo álbum de Destino 48 que sale a la luz el 12 de septiembre. Se trata del segundo disco de este grupo joven formado en Gijón —todos sus miembros cuentan con edades entre los 20 y 25 años— tras Esto no es un simulacro (2013), y en él insisten en avanzar por el camino del rock en castellano por el que han transitado antes que ellos muchas de las bandas y solistas con los que crecieron. Referentes que están muy presentes a lo largo de esta colección de 11 canciones en las que brillan asimismo las principales virtudes de los asturianos: letras pulidas con talento y emoción, bonitas melodías y un cargamento de ganas y actitud. Credenciales suficientes para situar a Destino 48 «detrás de una montaña de sueños», como también se describen ellos mismos en la canción aludida al comienzo de este párrafo y que constituye su particular declaración de intenciones.

Chema Doménech   Fotos: Jorge Blanco Fernández-Miranda

«La música es una parte muy importante de nuestras vidas y una pasión a la que le dedicamos mucho tiempo y esfuerzo, pero somos conscientes de que es difícil hacerse hueco. A día de hoy todos compaginamos tocar con trabajar o estudiar, pero poder dedicarnos completamente a la música sigue siendo uno de nuestros sueños». Al otro lado de las preguntas está Jaime Arístegui, vocalista, guitarrista y compositor de los temas de Destino 48, la banda formada, junto a él, por su hermano Talo Arístegui (batería), Jorge Medina (guitarra), Jano Díaz (guitarra y teclados) y Jorge Diéguez (bajo). Jaime lleva años viviendo en el norte pero es del sur, por eso celebra cada brizna de sol que se abre paso entre las nubes: «Aunque me encanta Gijón, a veces los inviernos se me hacen un poco largos, demasiado grises. En el sur esa luz se valora menos porque sobra, pero aquí cuando sale un rayo de sol en noviembre me puede arreglar una semana entera», dice convencido. De esa impresión nace el título de Sol de invierno que, según el músico, transmite el tono general del disco: hay canciones oscuras pero todas están teñidas por una luz reconfortante.

El álbum ha sido grabado en Madrid, en Subsonic Estudios, bajo la producción de Chapo González (M-Clan, Zahara, Gran Cañón…) y Antonio Pérez (Xoel López) algo que, en palabras de Jaime Arístegui, constituye un considerable salto respecto del disco anterior. «Teníamos muy claro que queríamos grabar en Madrid por todo lo que supone: salir de nuestra «zona de confort», enfrentarnos a un estudio nuevo y por supuesto contar con Chapo y Antonio, que fueron pieza clave en todo el proceso. La experiencia fue brutal en todos los sentidos, muy bonita pero también muy intensa, agotadora. Teníamos muy pocos días de estudio y muchas cosas que grabar, así que prácticamente vivíamos allí. Hicimos piña y creo que eso también se escucha en el disco. Acabamos todos un poco volados. Recuerdo haber vuelto a Gijón y estar como una semana en shock, sin enterarme de nada (risas). Pero mereció la pena».

Las 11 canciones del disco profundizan en el camino que el grupo ya inició con su debut, Esto no es un simulacro, si bien su sonido se afianza con arreglos más consistentes y la introducción de nuevos instrumentos, como ese protagonismo que adquieren los metales en temas como 500 días. «Es un lujo para nosotros que en los créditos aparezcan músicos del nivel de Tuli, Gato Charro, Roberto Pacheco (la sección de vientos de Leiva) o de Charlie Bautista», dice Arístegui. «Creo que esos son los detalles que dan calidad a un disco. También está mi amigo Tomás Porteiro, del grupo Sinestesia, que canta y firma media canción conmigo y es un fuera de serie, uno de los mejores escritores de canciones y músicos que conozco».

En este sentido,el vocalista de Destino 48 no rehúye la comparación con artistas por los que se ha visto influenciado y con quienes, en ocasiones, la banda ha compartido escenario. «En nuestras canciones se escuchan influencias porque están ahí, porque tienen que estar, claro. Muchos grupos que empiezan tienen un poco de paranoia con eso de que les digan «suenas a esto o a lo otro», supongo que por miedo a que les encasillen. Nosotros siempre intentamos hacer la música que nos gusta, y si eso a alguien le recuerda a otras bandas, pues bienvenido sea. Escuchamos mucha música de aquí y de fuera: Quique, Calamaro, Leiva, Ryan Adams, Dawes… Con algunos hemos tenido el placer de tocar y siempre se aprenden cosas. Somos muy freaks de los detalles y cuando tocamos con una banda grande nos fijamos en todo: qué amplis lleva cada uno, qué configuración de batería, la disposición en el escenario… También nos ha servido para desmitificar un poco todo lo que rodea a esos artistas, al final ves que son gente normal, currantes que se trabajan cada aplauso y que saben lo que es estar arriba y abajo. Eso te pone muy en el suelo cuando vas a tu siguiente bolo y hay 30 personas después de haber tocado para 3.000».

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Jaime Arístegui.

Quizás por estas experiencias, y a pesar de su juventud, los miembros de Destino 48 ya conocen bien el sacrificio que supone querer dedicarse profesionalmente a la música. Según declara Arístegui , «si algo hemos aprendido en estos años y con la gira del primer disco es que todo eso que no se ve en el escenario es casi más importante que lo que se ve. Cuando tienes que hacer 20 horas de furgo para dar un bolo de una hora y media te das cuenta de lo importante que es tener buen ambiente en la banda, compromiso, organización…Y creo que en eso nos ayuda mucho ser un grupo de amigos que salen para divertirse y tocar, y no sólo cinco músicos que están ahí en plan mercenario. Hay que estar un poco loco para meterse en esto, pero compensa (risas)».

A esta banda le toca ahora esperar a que salga el álbum el día 12 de septiembre y a su presentación en Madrid, en la sala Costello, el día 30 (se pueden comprar ya las entradas en este enlace). «Es una sala pequeña pero con mucha solera y nos hace mucha ilusión llenarla. La venta de entradas está yendo muy bien así que creo que va a ser una noche bonita. Después de eso tendremos algún bolo más de presentación en Asturias y ya estamos cerrando las primeras fechas fuera. Estamos preparados para lo que venga y ojalá que sea bueno, porque vamos a por todas», promete el líder de esta banda que, en otra de las letras del disco, afirma que «el plan es que no hay planes».

«Incluso no tener un plan ya es un plan en sí mismo, ¿no? (risas). Ya en serio, esperamos que este disco suponga un paso adelante en todos los sentidos: tanto musical como a nivel de repercusión, que las canciones lleguen al mayor número de gente posible. Para eso contamos con la ayuda de nuestra oficina (TwoMonkeys Prods.), que lleva trabajando con nosotros desde el principio, y ahora lo que queremos es crecer para tocar más fuera de Asturias. El año pasado estuvimos de gira con Dani Mateo dentro de su espectáculo Desencadenado, lo que nos abrió la puerta de ciudades como Coruña, Santiago, Santander, Zaragoza, Madrid…Y ahora queremos recoger un poco de lo que sembramos durante ese tiempo, conseguir un público fijo en esas ciudades que nos permita seguir girando», concluye Jaime Arístegui antes de regresar junto a sus compañeros al local de ensayo. Todos conocen bien el camino porque desde hace años se ubica en el mismo lugar: justo detrás de una montaña de sueños.

Para acceder al videoclip del primer single del álbum, Sol de invierno, pincha aquí.

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