El Sur sopla en Cádiz: Inicio de gira de Quique González

«Según el parte, a las tres de la mañana entra viento Sur», había dicho el taxista de camino al centro de Cádiz, al Gran Teatro Falla, donde esa noche Quique González y su banda estaban a punto de iniciar la gira de presentación del nuevo disco, ‘Sur en el valle’, que los tendrá en carretera durante los próximos meses. El viento de Levante había estado batiendo la capital gaditana desde la mañana pero a esa hora, en torno a las siete de la tarde, había perdido fuelle hasta no despeinar ya a nadie. La plaza aledaña al teatro se mostraba animada, con ambiente de concierto. Entre la gente tomando cervezas, rostros conocidos del círculo íntimo del músico, desplazados hasta Cádiz para arropar al amigo en este momento importante. Gente querida del valle tomando partido en el sur. «Igual entra antes», advertimos al taxista al bajarnos del coche. «¿Cómo dice?». «El Sur, que tal vez sople antes de las tres».

Chema Doménech

En el interior del mítico teatro, Quique González y toda la banda esperan que llegue la hora de empezar el bolo extrañamente tranquilos, sin sufrir apenas nervios. Vienen de encerrarse durante tres días en un recinto en Móstoles, en Madrid, curiosamente también al sur de la capital, donde han hecho el ensayo general. Las sensaciones de esos días los ha dejado contentos. Todos aseguran sentirse privilegiados por tener entre manos estas canciones, lo dicen abiertamente y con una contundencia en la sonrisa imposible de rebatir. Ahí están Toni Brunet, guitarrista y productor del disco; César Pop, al mando del hammond y piano wurlitzer; Jacob Reguilón, al bajo y contrabajo, y Edu Olmedo, el batería que nunca falla. Tampoco lo hará hoy aquí, ni siquiera en concesión al nombre del centenario recinto.

Pasan unos minutos de las ocho de la tarde cuando todos salen a un bonito escenario iluminado en tonos cálidos y presidido por un gran sol en movimiento, que en algunos momentos del concierto acabará convertido en luna de trueno. «Me imagino un atardecer», le dijo hace tiempo el autor de ‘Sur en el valle’ a Silvia, la encargada de diseñar la escenografía de la nueva gira. El resultado, ya a la vista de todos, es brillante y embellece aún más este de por sí bellísimo teatro.

Sin mediar palabra, la banda interpreta las tres primeras canciones del nuevo disco en idéntico orden: ‘Sur en el valle’, ‘Lo perdiste en casa’ y ‘Amor en ruta’. No hay titubeos, que podrían ser propios y comprensibles en un primer concierto de gira, ni una sombra de duda. El sonido natural que caracteriza al disco, ese ambiente orgánico que transmite, se materializa en directo ante los ojos y oídos del público, entre el que se atisban ya miradas y sonrisas de complicidad. También está sonriente Quique González quien, tras saludar y agradecer la presencia de todos y mostrarse “feliz” de volver a subir a un escenario a tocar con estos «enormes músicos”, a los que enseguida presenta, comienza un repaso de temas clásicos adaptados a este formato calmado en el que no hay urgencia y sí espacio de sobra para los matices. Suenan de esta manera sendas versiones de ‘Pájaros mojados’ y ‘Caminando en círculos’, y lo hacen casi como la primera vez. Casi porque suenan diferentes, pero a la vez mantienen el poder evocador de momentos vividos con ellas de fondo y los ecos de quienes fuimos. El tiempo les ha sentado bien, como le ocurre al vino que envejece en las barricas de las bodegas de esta tierra.

Quizás podría describirse el formato como una especie de ‘rock de vuelta de todo’, al estilo de esa afirmación que gusta al músico madrileño emplear últimamente para definir lo que pretende hacer junto a su banda en esta gira: ‘tocar como viejos vagos’. Estaríamos dispuestos a creerlo si no lo desmintieran la implicación de los músicos y el entusiasmo que desprenden. Brunet, discreto pero fundamental para el sonido de la banda, en un constante trabajo impecable de guitarras, de las que va dejando caer frases como sentencias de estoico, sin fisuras y en los momentos precisos. Pop disfrutando como acostumbra, jugueteando con los teclados, sabiendo lo que se hace pero con la sonrisa de un niño una tarde de cumpleaños con sus amigos. Jacob alternando bajo y contrabajo, instrumento este último indispensable en esta apuesta musical y al que saca un sonido que hace crecer las canciones. Colgado de ese gran instrumento de madera, el bajista que ha acompañado a Quique infinidad de noches desde el comienzo de su carrera quizás siga pensando que estaría bien incluir en este repertorio ‘Carnaval’. Alineado con él, Edu Olmedo, puntal de la banda, desplegando un sonido de batería determinante, concluyente e irrebatible. Golpes contundentes que marcan el latido de todos esta noche en el Gran Teatro.

En estas condiciones siguen sonando canciones de hace años como ‘La fábrica’, que Quique dedica a las familias de trabajadores del metal en Cádiz, y ‘Parece mentira’, antes de la cual el músico explica que le ha añadido alguna estrofa porque siempre pensó que la canción no estaba redonda. “Seguramente a nadie le importe, pero bueno, yo ahora me siento más a gusto con ella”, aclara antes de cantarla con esos versos nuevos. Tras ella, una de las sorpresas de repertorio: ‘Betty’, de ‘Avería y redención’, a la que seguirá ‘Daiquiri blues’, un trago exquisito como siempre.

La noche se ha caldeado y es hora de hacer otra visita al nuevo disco con ‘Alguien debería pararlo’, ‘Jade’ o ‘Te tiras a matar’, que encaja bien con la emocionante versión de ‘Su día libre’ que suena inmediatamente después. Tras ella, ‘Tornado’ se antoja como uno de los momentos álgidos de esta noche en Cádiz en el plano emocional, si es que hay  algún otro que importe cuando se asiste a un concierto. La carga sentimental y la exquisita interpretación musical de la canción, el sonido y la escenografía contribuyen a que lleguemos a vislumbrar sobre el escenario, efímeramente, la luz de la luz.

‘Detectives’, ‘Salitre’, ‘No es lo que habíamos hablado’, ‘Kamikaces enamorados’, de nuevo la sorpresa con ‘Manhattan’, ‘Se estrechan en el corazón’ y la emotiva ‘La casa de mis padres’, en la que un ruido extraño de algún transistor de ampli se cuela por los pinganillos despistando ligeramente al cantante, son la recta final del bolo cuyo grueso termina con ‘Dallas-Memphis’, la ranchera que interpretan González y Pop al alimón, disfrutando este último con el acordeón.

Tras un breve abandono del escenario, la salida de la ‘Luna de trueno’ volverá a retomar esta noche de estreno que ya está concluyendo. ‘Puede que me mueva’, ‘Conserjes’ y ‘Vidas cruzadas’, coreada por un teatro venido arriba, con el público en pie, ponen fin a este inmejorable arranque de gira de más de dos horas que hace presagiar un buen número de noches felices como la de hoy.

Así es como se mostraban los músicos tras el concierto, felices y agradecidos, con la sensación de haber compartido un momento importante en la carrera del compositor madrileño vecino de los valles pasiegos. «Me parece que ha sido uno de los conciertos de mi vida», decía uno de ellos quien, como todos los demás, tiene mucha carretera a sus espaldas.

Definitivamente, el parte meteorológico que manejaba el taxista por la tarde no había contemplado la entrada anticipada de este Sur venido del valle, esta tremenda ‘surada’, como dirían Fonso y la familia de Las Piscinas, amigos pasiegos de Quique presentes también entre el público. No obstante, a las tres de la mañana, con los bares ya bajando las persianas y los ecos del concierto diluyéndose por los callejones del centro histórico de Cádiz, el habitual viento Sur gaditano hizo efectivamente su aparición en la ciudad, aunque de una forma cohibida y breve. De hecho, al amanecer ya se había retirado, tal vez intimidado.

Un comentario sobre “El Sur sopla en Cádiz: Inicio de gira de Quique González

  1. Quique González es el gran roquero en lengua castellana que rompe por completo lo que hasta ahora se entendía por canción de autor, dándole una dimensión nunca vista antes. A qué nivel está? Al mismo de Neil Young, Tom Petty, Bruce Springsteen, Jackson Browne, Enrique Urquijo, etc. Y Sur en el Valle es la bestia de las obras maestras, ha completado el círculo, le ha salido redonda.

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