El año se acaba, la música no

guitarra masterEstos días en los que casi todos los medios musicales se afanan en publicar con mayor o menor fortuna listas con los mejores discos del año que termina, ando sumergido en canciones nuevas, entendiendo por novedad el hecho de que aún no han sido editadas. Convertido en una especie de joyero, el ordenador desde el que se escriben estas líneas guarda en este momento hasta tres magníficos discos que, si todo va como está previsto, verán la luz en este 2015 que llama a la puerta. Pocas satisfacciones hay tan grandes para alguien que escribe sobre música sin más pretensión que ahondar –también con mayor o menor acierto– en sus emociones que contar con la confianza de quien la crea, y recibir como preciosos tesoros esas canciones cuando todavía pertenecen a sus autores, antes de que irremediablemente se cuelen en las vidas de otras personas que las harán suyas.

Chema Doménech

Estas canciones que esperan el momento de desvelarse en público han significado algo importante para quienes las han escrito. Todas encierran sentimientos, amores, desamores, preocupaciones y anhelos, tristezas y alegrías. Sus autores pasaron tiempo amasando cuidadosamente palabras y acordes, dejando parte de sí mismos en letras y melodías anotadas en cuadernos llenos de borrones, como la vida de cualquiera. Algunas noches se acostaron felices y satisfechos después de dar con el verso perfecto, y otras las pasaron en vela buscándolo. Después se las cantaron a los amigos, a la gente de confianza, y esperaron ansiosos su reacción. Muchas de estas canciones han rodado por casas y bares antes de ser arregladas, de dotarlas de la sonoridad deseada para poder entrar al estudio y grabarlas. En todo el proceso esas canciones nacidas del talento y de la sensibilidad se irían transformando hasta tomar su forma final, la que ha quedado registrada para siempre.

Y siempre es así. Por ello las canciones encierran trozos de vida de las personas que sintieron la necesidad de escribirlas. En ellas están depositados algunos de sus sueños, de sus dolores más íntimos, de sus momentos de felicidad más intensa. Habrá quien lo valore y habrá a quien le cause indiferencia, pero eso no hará que esta rueda se pare. Nunca dejará de haber músicos, gente que necesita desnudarse de sentimientos en una canción para, de esa forma, expresar lo que otros también sienten. Es cierto que casi todo en la vida se acaba, como este año, pero no así la música. El nuevo año traerá otras canciones que nos seguirán sonando, algunas incluso ya tienen vida aunque aún no hayan nacido oficialmente, por ejemplo las que guarda como auténticas joyas este ordenador. Canciones increíbles que cuando se editen en forma de discos harán de 2015 un año mejor, podéis estar seguros.

Ojalá sea un buen año para todos. A por él.

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2 comentarios sobre “El año se acaba, la música no

  1. Maravilloso tu artículo Chema, como las canciones que describes tus palabras describen con increíble belleza lo que una buena canción es y significa. Como dice Marazu necesitamos gente como tu.

    Gracias

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