Hace unas semanas, durante una de esas noches madrileñas en las que la música, cada vez más acorralada, se atrinchera en pequeñas salas decidida a seguir viva y no rendirse, se encontraron tres habituales de los escenarios de la capital, Mario Raya, César Pop y Alejandro Martínez. El primero aprovechó la coincidencia para exponer a sus dos colegas una idea que le rondaba por la cabeza, consistente en organizar un concierto conjunto en el que el repertorio estaría formado por canciones de cada uno de ellos que significaran algo especial para los otros dos. Sería una buena manera de terminar el curso, de pasar ‘la reválida’ y cerrar la temporada de conciertos en bares hasta después del verano. Los tres amigos prendieron así la mecha de la ilusión, que es inextinguible, y los acontecimientos se precipitaron: dos días después ya habían cerrado la fecha para el bolo, seleccionado las canciones y comenzado a trabajar en ellas. El fruto de esa ilusión se hará tangible por fin el próximo viernes 12 de julio en la Sala Búho Real, fecha en la que Mario Raya, César Pop y Alejandro Martínez afrontan ‘La Reválida’, como han llamado a este único concierto. Esa noche, la música volverá a atrincherarse en Madrid decidida a seguir viva y no rendirse.
Texto: Chema Doménech Fotografías y vídeo: JSMatilla
«Quizás habría que subir el tono a la segunda voz», opina Alejandro Martínez sentado frente a su piano. Al otro lado, César Pop, armado de guitarra acústica, y Mario Raya, con su mandolina, asienten y vuelven a iniciar ese estribillo a tres voces que no acaba de sonar perfecto, como ellos quieren. La sugerencia de Alejandro es acertada y, tras comprobarlo, los tres lo celebran entre bromas y risas.
El buen humor domina las sesiones de ensayo con las que los tres músicos preparan el concierto que ofrecerán el viernes 12 de julio en la Sala Búho Real de la capital. Será un recital único («bueno, nos lo estamos pasando tan bien que quizás repitamos», matiza Mario Raya) con un repertorio compuesto por cinco canciones de cada uno de ellos y algunas versiones de otros artistas. Esos temas propios no han sido seleccionados por el autor de los mismos, sino por sus otros dos compañeros, lo que da fe del alto grado de complicidad que muestran entre sí estos artistas que, por encima de todo, son muy amigos. «Es que compartimos escenarios frecuentemente, hemos cantado las canciones de los demás muchas veces, porque nos gustan, y entonces todo surge de manera muy natural. No hay que forzar nada ni acomodar la cabeza a una idea», explica César Pop.

El repertorio integrará temas de unos y otros sin discriminar por autor, formando un bloque común y conjunto que, sin embargo, mostrará las diversas maneras que cada uno de los artistas tiene de sentir e interpretar la música. Para ello se servirán de diferentes instrumentos: piano, acordeón, guitarras y mandolina, aparte de sus voces y, lo más importante: el inmenso amor que los tres sienten por las canciones.
«Creo que los tres hacemos cosas muy distintas, pero tenemos muchos lugares de encuentro. Eso es bueno porque es enriquecedor, al menos yo estoy aprendiendo mucho con esta experiencia. Pienso que el del viernes va a ser un concierto emocionante, divertido y entrañable», asegura Mario Raya ante la aprobación de los demás.

Porque en este grupo las decisiones se toman de forma democrática. Todos se escuchan y opinan y rápidamente llegan a un acuerdo. Es tal la sintonía que incluso Alejandro y Mario, que no suelen fumar, acompañan a César cada vez que éste se enciende un pitillo. «Me ven disfrutar tanto que ellos también se unen», dice César riendo. «En realidad, los ensayos son una excusa para echarnos unos cigarrillos», bromea Alejandro, que se pone más serio a la hora de definir lo que siente por el trabajo de sus dos compañeros. «Una cosa que me gusta mucho de César es que me identifico mucho con sus canciones por su faceta de pianista, tengo mucha conexión con su forma de tocar y cantar. De Mario, para mí es muy sugerente y muy bonito cómo trabaja la voz, aparte de sus canciones, en las que me parece muy atractivo cómo juega con el humor. Yo, al ser el más joven, Intento aprender de ellos y aportarles frescura», dice Alejandro regresando enseguida al terreno de la broma mientras los aludidos ríen.

Ellos tampoco escatiman elogios sobre sus compañeros. Para Mario, «César es como una enciclopedia de la música y eso se nota mucho en sus canciones, me gusta mucho tocarlas porque me da la sensación de que entro en un terreno que no me pertenece. Y Alex tiene una sensibilidad muy especial, una sencillez haciéndolo todo que me encanta».
Por su parte, César asegura que lo que más le gusta de Mario es su personalidad a la hora de escribir canciones. «Accede a las emociones a través de diferentes recursos. Me conmueve cómo utiliza el humor para abrir resortes en los corazones. Mario parece que te está contando algo cómico, utiliza imágenes que te hacen gracia al principio para de repente soltarte una carga de profundidad. También me gusta su delicadeza a la hora de tocar, lo cauto que es y lo bien que selecciona las notas que utiliza. Y de Alex me gusta todo lo que hace, me encantan sus canciones, los versos que escribe y las imágenes que construye. Y la naturalidad con la que vive la música, lo fácil que le resulta introducirse en la canción de otro, lo rápido que entra en ellas». («Y lo rápido que salgo», responde rápidamente entre risas el aludido).
El hecho de que los tres músicos estén acostumbrados a acompañar a otros artistas, además de compaginar esa labor con sus proyectos en solitario, hace que una experiencia como la que llevarán a la práctica el próximo viernes se afronte de una manera natural. Según Alejandro, «acompañar a alguien y amoldarte a sus canciones, a su historia, y ponerte al servicio de eso… Es algo que hacemos frecuentemente y que nos sale con facilidad. Aquí se trata de eso, de tocar y de acompañar». Para Mario Raya, «este concierto es una oportunidad también de que personas que nos siguen a alguno de nosotros conozcan a los demás. Yo quiero que la gente que me sigue escuche también a César y a Alex, porque para mí es un placer y un orgullo tocar con ellos». Por su parte, César concluye que «personalmente siempre me ha gustado ver juntos a artistas que admiro, imaginar que se llevan bien, que disfrutan y que comparten el arte de uno con el otro. Nuestro caso mola porque es así de verdad, realmente somos colegas y nos juntamos a menudo para tocar».
Visto el clima de ilusión y complicidad que reina en los ensayos, el del viernes promete ser un concierto muy especial, una auténtica «reválida» antes de que los tres músicos dediquen el verano a sus distintos proyectos. César, que ha vivido una temporada de intenso trabajo en la banda de su amigo Leiva, está ultimando el bloque de canciones que darán forma a su segundo álbum, previsto para el año próximo, tras editar con buenísimas críticas su disco debut en solitario, Te llames como te llames. Mario también se encuentra en proceso de grabación de sus canciones, que compagina con su trabajo como profesor de guitarra y músico acompañante en las bandas de diversos artistas. Y Alejandro seguirá asimismo subiendo a los escenarios en compañía de otros músicos o como solista para defender su Orgullo, cuarto trabajo discográfico de este autor sensible y honesto.
Es hora de abandonar la sesión de ensayo que hemos interrumpido para celebrar esta entrevista. Al cerrar a nuestras espaldas la puerta de la casa en la que los tres amigos se reúnen para declarar su amor por las canciones, aún se escuchan las risas mezcladas con algunos acordes. Sonreímos satisfechos al bajar las escaleras. Mientras siga existiendo ese amor y esa ilusión por afrontar ‘reválidas’, la música estará a salvo de cualquier ataque. El viernes tenemos una cita en el Búho para comprobarlo.
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