Posee la fortaleza de quien es consciente de su fragilidad y el entusiasmo del soñador que se reinventa ante cada baño de realidad. Alejandro Martínez es de esos tipos con los que es fácil alargar la charla durante horas. Cercano, sensible, educado y culto, su conversación es fluida y defiende con convicción los ideales en los que cree. Hoy toca hablar de su último disco, Orgullo, que reúne ocho canciones en las que el autor ha dejado parte de su vida. Literalmente, porque en ellas sus sentimientos están reflejados de forma explícita, en un ejercicio de honestidad brutal que las convierte en canciones poderosas, sin espacio para la indiferencia. Y, además, bellas. Composiciones que podrán escucharse en directo dentro de unos días en Madrid (Sala Clamores, el 27 de febrero) y Barcelona (Sala Luz de Gas, el 2 de marzo), en sendos conciertos en los que se rodeará de amigos y que el músico prepara con ilusión de principiante.
Chema Doménech
Aunque Alejandro Martínez no es ningún novato. Nacido en Barcelona en 1980, creció rodeado de música y se instaló en Madrid con 22 años, una vez terminadas las carreras de piano y de Humanidades. Trabajó de vendedor en la Fnac, hasta que decidió que se ganaría la vida de cualquier forma, pero cerca de la música. Así, fue pianista en hoteles como el Ritz o el Villamagna e incluso en un crucero que, al poco de abandonar, a punto estuvo de irse a pique. «Ocurrió durante una tormenta en el trayecto entre Túnez y Valencia. Yo me había bajado del barco hacía un mes y lo vi por televisión, pero todos mis compañeros estaban allí. El piano en el que toqué durante meses se desencajó del suelo y se hizo astillas. No hubo víctimas, menos mal, pero el susto fue enorme», recuerda. Tras estas experiencias comenzó su carrera como músico de acompañamiento de otros artistas (en la actualidad es pianista habitual de Carlos Chaouen, Marwan, Funambulista o Luis Ramiro) al tiempo que empezaba a grabar sus propios discos. Orgullo es el cuarto trabajo discográfico de su carrera en solitario. El álbum que, según sus palabras, resume su manera de sentir.
¿Qué significa para su autor Orgullo?
En primer lugar es un disco pequeño, con ocho canciones, intimista, y que se puede ver como un extracto de lo que a mí me gusta hacer. Son canciones con alto grado de sentimiento, muy explícitas, que no dan lugar a interpretaciones porque son muy claras. A mí me gusta enfocar cada disco como una unidad, como un proyecto, y mi proyecto con Orgullo era hablar con naturalidad de relaciones de amor de un hombre hacia otro hombre, porque creo que no existen esas referencias en España. Me preguntaba, ¿por qué yo me emociono con canciones como Lucía o Penélope, que hablan de amor hacia una mujer, y una persona heterosexual no se puede emocionar con una canción de amor entre dos hombres? Mi propósito era ese, hacer un disco muy honesto, explicándome a mí mismo.
¿En algún momento sentiste el temor de que esa sinceridad pudiera encasillarte?
A mí me lo decían, de hecho gente que me quiere me aconsejaba que no fuera por ahí. Pero también había otras voces de compañeros que me animaban a escribir guiándome por mi forma de sentir. Al final, cuando haces canciones, te destilas como eres tú mismo. Tal vez debería darme pudor desnudarme tanto, pero bueno, yo no quería quedarme en las medias tintas, quería hacer algo personal. Siempre he pensado que las canciones que marcan de verdad están basadas en algo real, honesto. Y esos sentimientos son muy trasladables a otras personas, sean o no homosexuales. Tengo un amigo que me decía que no le llamara al disco así ni de broma. Yo soy consciente de que escribir canciones que cuentan historias de amor entre hombres y reunirlas bajo el título de Orgullo puede incitar a pensar que es un rollo de bandera gay y todo eso, pero no es así en absoluto. Cualquiera que lo escuche lo puede comprobar. Aunque sí es una apuesta por desnudarme, por quitarme el pudor de encima.
Dices en alguna parte del libreto que con Orgullo convertiste en canciones las estupideces que has cometido.
(Risas). La frase la tomé de una cita de Óscar Wilde. Bueno, sí, claro, el disco desvela muchas torpezas, las que comete uno y las que cometen los demás con uno. Las canciones de este disco las escribí como conclusiones. Cuando acababa una historia, cuando tenía claro qué quería decir, me salía la canción. Un día un chico me dijo por Facebook que si escuchabas el disco de principio a fin era como una historia, con sus personajes, etc.
Una especie de cronología sentimental de Alejandro Martínez.
Sí, algo así. Además yo en los conciertos las suelo cantar por ese orden, explico cómo es la historia, me recreo en lo que cuentan.
Historias muy directas y muy sentidas.
Creo que estas canciones derrochan emoción, no sé si para bien o para mal pero son emocionantes. Cada una de ellas fue escrita de un tirón, me empeñé en que fuera así, que me sentara al piano y la compusiera entera, letra y música, invirtiendo las horas que fueran pero sin dejarla para otro día u otro momento. Hace años leí en una biografía de Paul McCartney que, en la época de los Beatles, a veces entraba el grupo a grabar en el estudio y les faltaban temas. Entonces él se juntaba con John Lennon en un rincón a componer y si en media hora no les salía la canción en la que trabajaban la descartaban para siempre y se ponían con otra. Yo me quedé con el runrún y así he trabajado. Me moló trabajar así, no digo que sea la forma correcta pero este disco ha sido así. Creo que cuando una canción te brota a lo bestia, de principio a fin, eso tiene algo mágico. Es un disco muy intencional porque tenía muy claras las canciones que quería escribir y también la forma de hacerlas.
El disco está lleno de colaboraciones de amigos.
Es un trabajo en el que han colaborado muchos músicos por amistad. Diego Cantero y Antonio Arráez son los productores, y quienes tocan son la banda de Funambulista. Hay colaboraciones especiales como la de Alessio Arena, un chaval muy joven, napolitano, que vive en Barcelona. Una vez le invité a cantar Contigo en un directo y fue espectacular, así que quise incluir en el disco una versión suya de esa canción. La grabación fue inolvidable. Nos fuimos a unos locales de ensayo de Barcelona cerca de la una de la madrugada. Habíamos ido tan tarde para que no hubiera nadie allí tocando, pero cuando llegamos un grupo heavy estaba ensayando en la sala de al lado. Les pedí por favor que pararan 15 minutos, y Alessio grabó la canción en una toma, sentado en un taburete de madera. Fue muy emocionante.
Durante la entrevista, Alejandro Martínez tuvo la deferencia de interpretar la canción Contigo dedicándola a los lectores de Esa canción me suena. Se puede escuchar a continuación:
Qué elegante ! me encanta. Muy bueno.
No lo conocía y lo poco que le he escuchado mediante youtube, me ha encantado.
Chema, como siempre un placer leerte y seguir aprendiendo y descubriendo gente nueva (al menos para mí)…
Un saludo