
Hace tiempo una amiga le envió una canción de la cantautora mexicana Carla Morrison y, al escucharla, Alex Matía (Madrid, 1990) sintió que algo en su mente hacía ‘click’. El joven músico creyó vislumbrar entonces el revulsivo que andaba buscando y dirigió su mirada hacia Latinoamérica, donde se encontró con las músicas de autores actuales como Lisandro Aristimuño, León Larregui, Jorge Drexler o la mencionada Morrison. Nombres que se unieron a los de sus influencias clásicas, que van de Led Zeppelin a Ariel Rot, de Eric Clapton a Joaquín Sabina, de los Stones a Fito Cabrales. Después de meses de búsqueda y convencido de que puede aportar a la música «nuevos aires», como él dice, Alex acaba de presentar Los Defectos, su primer trabajo como solista tras haber liderado durante años la banda madrileña Básico Permanente.
Chema Doménech Fotografías: JSMatilla
Aquel grupo de amigos formado en la adolescencia, con el que grabó varios EPs y pisó decenas de escenarios, fue su escuela, la plataforma de aprendizaje a través de la cual saboreó la belleza y la complejidad del oficio de músico mientras compaginaba esta pasión con los estudios. Hoy, a punto de terminar la carrera de Arquitectura, Alex Matía presenta su puesta de largo a través de un álbum de diez canciones propias que sorprende por la solidez de su propuesta, poco frecuente en un primer proyecto discográfico. El disco se puede escuchar y descargar en plataformas digitales desde el pasado 15 de octubre y en unas semanas se podrá adquirir en edición física. La presentación oficial tendrá lugar el 28 de noviembre en Madrid, en Costello, en un concierto que seguramente constituirá una prueba más de que este joven madrileño ha cuidado con mimo todos los detalles de Los Defectos, colmándolo así de virtudes.

¿Cómo definirías Los Defectos? Sobre todo creo que es la representación de una nueva etapa para mí y de lo que tengo ahora en la cabeza, un intento de buscarme. El disco es fruto de los últimos cinco años, una época que en España ha sido musicalmente complicada y que a mí me ha llevado a escuchar cosas nuevas. Básicamente, definiría a Los Defectos como el resultado de una búsqueda de nuevas referencias.
¿Y dónde has buscado esas nuevas referencias? Desde que soy pequeño he escuchado rock’n’roll: Ariel Rot, Tequila, M Clan, Fito… Y ese poso está ahí y creo que también se refleja en el disco. Pero un día una amiga me envió una canción de una tía que se llama Carla Morrison y tuve un click, llevaba tiempo sin escuchar algo que me estimulase tanto. Y no es que la producción o la letra fueran grandiosas, pero sí lo era la frescura. Había algo de fondo en la intención, en el ambiente, que sonaba diferente, sonaba a novedad, y yo defiendo esa novedad. Reivindico el cambio, creo que tenemos que buscar nuevos estímulos y que debemos mirar hacia Latinoamérica porque desde allí están tirando muy fuerte. Las bandas españolas que se están dejando influenciar por la música latinoamericana son las que más tirón tienen, como es el caso de Vetusta Morla. Curiosamente, el otro día sacaron un vídeo con Carla Morrison.
Los Defectos se abre con el tema que le da nombre, con unas notas que suenan inquietantes y la letra también tiene algo de eso... Sí, es cierto, suenan al comienzo unas notas cavernarias (risas). En realidad escribo así, de una forma más bien abstracta, no escribo historias directas a la manera de Sabina. Creo que escuchar mucho a Quique González o a Zoé me ha influido mucho en ese sentido, en el de escribir casi con colores, a través de sensaciones más que de certezas, dejando el significado abierto.
En realidad todo el concepto del disco, las fotografía, el artwork —muy cuidados, por cierto— incide en esa atmósfera un tanto misteriosa. Es algo premeditado, supongo. La imagen es verdad que representa un poco la incertidumbre del momento, del cambio, y sí que es un poco radical, directamente me presento con unas geometrías encima, y todas las fotos de promo son así. He trabajado con Emilio Llorente que es un diseñador maravilloso que ha trabajado con muchos grandes músicos, y la verdad es que yo le llevé una idea de Los Defectos como una indefinición, como una idea abstracta. Y él enseguida me propuso contrastarlo con una idea geométrica, que es todo lo contrario. Por un lado estaría la abstracción de los defectos, de las ideas, y por otra parte las geometrías de nuestra manera de pensar, con sus lados y sus vértices. Esa es la idea del disco, va por ahí la cosa.

Dices que escribes de forma abstracta pero, ¿qué temas te inspiran a la hora de componer? Respecto a las letras, siempre he sido más partidario de sugerir que de mostrar. Me apoyo en ideas fuerza, frases que me hacen tirar de una canción, pero no hay temas concretos ni recurrentes. No me guío demasiado por el amor o el desamor, aunque haya algo de eso, pero me gusta hablar de otras cosas. Por ejemplo en Fuego, que es el primer single y quizás la canción que más me representa, hablo de cuestiones sociales.
¿Has tenido que descartar muchas canciones? Bueno, en el disco hay varias canciones que tienen unos años, que ya las tocaba con Básico, y hay otras muy recientes. He tenido que descartar varias, y he seleccionado las que yo creía mejores para este proyecto. He buscado una unidad, que todas tuviesen que ver con todas, pero que además fueran las mejores. Hay una canción que escribí a raíz de un viaje que hice a Nashville con Luis Pastor, el guitarrista de Básico, que hablaba de una chica que conocimos allí, y aunque me gusta mucho la dejé fuera porque no cuadraba con el resto del disco, tal vez porque esa sí cuenta una historia de forma directa.
Háblame de los músicos con los que has grabado. Grabamos en Madrid entre febrero y junio, con Antonio Poudereux como productor, y desde el principio tenía claro que quería grabar con amigos, con la gente que me entiende musicalmente. Y han sido músicos muy heterogéneos. Por ejemplo Ángel Herranz, que es el bajista de Sonograma, o Ramiro Nieto, batería de The Right Ons. También ha participado Marta Brandariz, que es una chica que tiene un proyecto personal muy bueno, y Javier Gall, que tocó el ukelele. Y luego estuvieron los chicos de Maybe Nots, que hacen una onda bastante distinta a lo que yo hacía con Básico: Miguel y Paty Sevener y Mike Ruiz, que es el teclista. Fue una experiencia intensa la de la grabación. Han sido meses de trabajo a tiempo completo. A mí me gusta trabajar en estudio pero siempre vives en un estado de indeterminación en el que no sabes cómo van a acabar las cosas, y eso es duro aunque forma parte de cualquier proceso creativo.
¿Estás satisfecho con el resultado? Sí, creo que ha merecido la pena. Pero confieso que al principio pensaba que el ambiente general del disco iba a ser más acústico. No creía que al final acabásemos haciendo tantas capas, tantas armonías y tanta diversidad de instrumentos. Pero estoy convencido de que el trabajo está bien, y las respuestas que estoy recibiendo de quienes lo escuchan son positivas. Estoy muy contento.



Estáis preparando la presentación en Madrid, ¿cuáles son los planes? Sí, el próximo 28 de noviembre es la presentación con banda en la sala Costello. Vamos a ser seis personas tocando, vamos a tirar la casa por la ventana un poco. Me acompañarán algunos de los músicos con los que hemos grabado y se unirán a la batería Dani Campillo, de Sonograma, y a la guitarra estará Luis Pastor. Creo que las canciones de este disco van a funcionar muy bien en directo, tanto con banda o en acústico, que será el formato en el que haré algunos conciertos próximos.
¿Cómo ves el futuro? Realmente ahora todo está más difícil que hace años. Si escuchas los primeros discos de Sabina ves que ahí había un germen que podía ser explotado en el futuro, como así fue. Ahora, un músico de veintitantos años que tenga ese germen, lo más fácil es que en un tiempo acabe dejándolo porque no va a poder dedicarse profesionalmente a ello, y eso es algo que hay que denunciar. No podemos dejar caer el gran potencial que tiene la música española.
Estás terminando la carrera de Arquitectura y acabas de sacar tu primer disco en solitario. ¿Qué crees que estarás haciendo dentro de unos años, edificios o canciones? (Risas). Pues no sé, yo miro al futuro con interés. Creo que en la música puedo aportar algo, en este disco estoy enseñando mis cartas y me parece que el proyecto es muy serio. Pero bueno, yo echo la caña y a ver dónde pican los peces.
ESCUCHA LOS DEFECTOS DE ALEX MATÍA PINCHANDO AQUÍ.
* Agradecemos a Óscar y María, de la Librería Cervantes y Compañía, que nos cedieran su precioso establecimiento como escenario para esta entrevista.
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