Alberto&García: «En el folclore latinoamericano está todo el rock’n’roll del mundo»

Durante la semana santa del año pasado, por motivos que aún no han sido aclarados, en Asturias brilló el sol. Esos días que anunciaban que el verano estaba ya en camino y con él sus fiestas en los pueblos y sus noches de verbena propiciaron el nacimiento de En lo alto, una de las últimas canciones que Alberto&García escribieron para El buen salvaje, el disco en cuya gira de presentación están inmersos. Es una composición alegre y original, sin un estribillo claro, como si estuviera escrita a borbotones, que inspira ternura y pone de buen humor. Habla de alguien que se deja llevar por las circunstancias, que agarra al vuelo un momento feliz sin calcular las consecuencias (“Ay de mí mañana cuando me acuerde de hoy”) y que definitivamente baja los brazos y se entrega a sus sentimientos, que lo dejan en lo alto. Y es también una buena metáfora acerca de cómo esta magnífica banda asturiana afronta su oficio, que es a la vez su pasión: hacer canciones como esta y tocarlas ante el público, sin medir ninguna consecuencia.

Chema Doménech

El Buen Salvaje se grabó bajo los rigores del calor de julio en Madrid. El sistema de aire acondicionado del estudio de grabación estaba estropeado cuando lo pisaron los músicos que forman Alberto&García (Dámaso García, Cristian Leiva, Álvaro Masó, Víctor Gil, Manuel García y Alberto García). «Para unos asturianos de pro como nosotros, es la experiencia más parecida a estar en Marte que hemos tenido hasta la fecha», bromea Alberto García, vocalista y multiinstrumentista de la banda, que en este disco toca guitarra acústica, cuatro venezolano, charango, tres cubano, sintetizadores y piano toy.

Se podría atribuir a ese ambiente sobrecaldeado el colorido y la riqueza en matices que muestra esta colección de 12 canciones, pero eso no haría justicia al talento y al trabajo que han invertido en él tanto los músicos como su productor, Toni Brunet. «Llegamos al estudio con todo bastante claro, ya que habíamos tenido un proceso de pre-producción intenso en el que incluso Toni se subió a Asturias para hacer unos ensayos generales previos a la grabación, lo que nos ayudó a ir al grano. Toni fue tan minucioso o más de lo que nosotros habíamos sido con las maquetas, encajamos a la perfección porque compartimos su manera de ver las cosas al 200%. Y, por supuesto, poder currar con él, aprender tanto y disfrutar de su inmensa generosidad fue un lujo para nosotros, le estaremos siempre agradecidos», dice Alberto García sobre el papel de Brunet en el disco.

El resultado de esos calurosos días en el estudio es El buen salvaje, un disco cuyo título aúna la teoría de Rosseau, el mito que nace tras el descubrimiento de América y una evocación al sur de ese continente, cuyo folclore es un referente tan claro en la música de Alberto&García. «Es el tipo de música que escuchamos y tocamos desde pequeños. En el folclore latinoamericano está todo el rock’n’roll del mundo, la esencia misma de la vida», declara el vocalista de esta banda que fusiona sin complejos estilos modernos y tradicionales, que alterna el pop o el rock con la zamba o la cumbia y que no tiene problema en empastar el sonido de un dobro con el de un tres cubano. «Nos gusta pensar que hacemos música fronteriza con la antena puesta hacia el sur», afirma el músico.

Entre las canciones que remiten directamente a ese sur al que se refiere Alberto García figuran La Ruta del León, que abre el álbum, Fruta y Chocolate, Reina de la Selva (en la que colabora la cantante chilena Soledad Vélez) o Pa’que no vuelvas (con Jorge Marazu). «Nunca habíamos hecho una colaboración hasta este disco. A Soledad la vimos claramente en el papel que desempeña en la canción. Queríamos una voz de cantante sudamericana clásica y la verdad es que tiene un portento de voz. Con Jorge nos pasó un poco lo mismo. Es sin duda una de las mejores voces que hay en nuestro país. Había salido esa canción tan desnuda y poco después de tenerla grabada en la maqueta se la enseñamos a Jorge. Es un lujazo que esté ahí. Hay una tercera colaboración, que es la de Sebastián Merlín a las percusiones, un tesoro. Sebas vino de la mano de Toni y para nosotros fue como ir a Disneylandia a ver a Mickey».

Sin embargo, no todo es folclore latino en El Buen Salvaje. Canciones de mucha calidad como Cuartel, Señales o Fuegos Artificiales siguen el patrón clásico del pop rock anglosajón. Buenas melodías y protagonismo de guitarras eléctricas. O Esto no es París, que musicalmente es la que más se aleja de los parámetros imperantes en el disco y que explota una veta soul realzada por el protagonismo de los metales. En todo caso, el trabajo se define por su variedad sónica y su rica producción, algo buscado por la banda, como explica su cantante: «Queríamos un álbum lleno de matices y de elementos, pero sin demasiados barroquismos, para que el oído del público lo pudiera ir desgranando poco a poco. Nos encantan esos discos que te acompañan una temporada larga y siempre descubres cosas nuevas en ellos. Esa es la idea y la intención de El Buen Salvaje».

Todo aquí apunta a la naturaleza, a ese buen salvaje al que se refiere el título, que también es un guiño a la sala ‘La Salvaje’ de Oviedo, que para la banda es como una segunda casa y que funcionó como refugio en varios momentos de gestación del disco, cuyas canciones están repletas de imágenes y metáforas sobre el mundo animal (“tengo en la mirada latiendo una manada”, “me lo dijo un ruiseñor”, “como un ciervo herido”…). «Sería mentira si dijéramos que no es intencionado. En tanto en cuanto las letras están todo lo cuidadas que podemos y sabemos, hay una intencionalidad implícita en todas ellas. Y sí, las metáforas o analogías relacionadas con la flora y la fauna sirven para apoyar esa idea de “lo salvaje”», cuenta el vocalista del grupo. Amantes de los detalles y devotos de hacer las cosas con cariño, los músicos de Alberto&García han cuidado al máximo desde la portada y el arte del álbum hasta las hojas secadas cuidadosamente y pintadas de colores que acompañan algunos ejemplares enviados desde EP Management, su oficina en Oviedo.

La banda se encuentra en plena gira de presentación del trabajo, con bastantes fechas confirmadas ya por ciudades de todo el país. Su cantante asegura que este disco les está dando muchas alegrías y que se sienten muy orgullosos de él. Eso ya es un premio para un grupo sustentado en los dos pilares sobre los que nació hace unos años: el amor por la música y la amistad. «Somos una banda y funcionamos como creemos que es mejor para nosotros. No sabemos cómo funcionan todas las bandas, más allá de intuiciones o amistades, y tampoco sabemos cómo tiene que funcionar una banda. Las decisiones importantes las tomamos entre todos. Al final, son las más fáciles», dice Alberto, quien afirma tener la cabeza puesta en los próximos conciertos: «Para nosotros el directo es un punto clave del proyecto de la banda, ya sea para grabar o para un concierto. Son muchas horas y años tocando juntos. Creo que ahora tenemos uno de los directos más potentes que hemos conseguido nunca y estamos deseando llevarlo allá donde podamos».

Quizás lo apuntado más arriba por su vocalista sea el gran mérito de Alberto&García: hacer fácil lo importante. O tal vez su secreto consista en dejarse llevar por las circunstancias, agarrar al vuelo un momento feliz. O puede que todo se resuma en subir a un escenario y quedarse en lo alto. Sin medir ninguna consecuencia.

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