Estrenamos ‘Haces bien’, tema inédito de César Pop y Jorge Marazu

La que sigue es la historia de una despedida gestada durante un encuentro. El de dos amigos músicos que una madrugada, después del escenario y el griterío, la risa, el vino y las flores, hacen inventario de tristezas y se arman de valor para atreverse a pronunciar juntos un adiós tan hermoso y sereno como inevitable. Cada uno ahonda en su propia herida, pero ambos saben que en el fondo se trata de la misma. Esa que dejará una marca de la que nunca será consciente la persona que la infligió. Ella ya está lejos cuando Jorge Marazu y César Pop le dedican Haces bien, la preciosa despedida firmada por ambos que hoy estrenan en vídeo y en exclusiva en Esa canción me suena.

Texto: Chema Doménech   Fotografía y vídeo: Edu Collado y Fernando López

La noche en que transcurre esta historia Pop y Marazu apenas durmieron. La habían comenzado de bolo, acompañando a Rebeca Jiménez, que tocaba en Galileo, y una vez apagados los focos las horas se sucedieron veloces, como en una frenética carrera hacia el amanecer. Ambos están curtidos en ese tipo de pruebas, que terminan en la meta de una copa vacía, siempre la penúltima, y de un puñado de postreras canciones deslizándose a trompicones por las cuerdas enrojecidas de la garganta. En situaciones tales, el premio es la derrota.

Como hace en ocasiones cuando viaja a Madrid desde Ávila, su ciudad, Jorge había recurrido a la hospitalidad de los colegas para pernoctar, y esa noche fue César quien le ofreció techo y sofá. La amistad de ambos no es antigua, aunque lleva recorrido un gran trecho. Hace relativamente poco tiempo que se conocen pero congenian tan bien que probablemente ya ni se acuerden del momento en que se vieron por primera vez. Una admiración mutua y una parecida forma de sentir juegan a su favor así que, cuando se juntan, se comunican en su lenguaje natural, que es el de las canciones. Saben que es inmensamente más sencillo pasar de LAm a Fa que del despecho al olvido, y que hay cosas imposibles de decir. Por eso ellos las cantan. Ya lo hicieron hace meses cuando, después de otra de esas carreras hasta la mañana, escribieron a pachas Voy a arreglarlo sin ti, una canción que estrenaron de forma simultánea (la misma noche y a la misma hora) en dos escenarios diferentes, durante sus respectivos bolos en León y en Madrid.

Y en esta última ciudad germinó también la hermosa despedida que es Haces bien. Una canción cuyos primeros versos se escribieron en el taxi de regreso a casa tras el bolo en Galileo, con Tuli -otro secuaz de noche y escenario- como testigo; que continuó tomando forma mientras, en las ventanas, la luz del alba iba perfilando los contornos de un Madrid que amanecía frío y turbio, con la resaca de las inevitables cenas de empresa navideñas, y cuyo punto final se colocó entrado el día, después de reposar fugazmente en la almohada humo y alcohol y revolver palabras con acordes durante una breve concesión a la duermevela.

Jorge dedicó este adiós a una historia concluida mucho antes de darse por terminada, y César a un plan que ni siquiera pudo llegar a trazar. Curiosamente, ambos necesitan utilizar el mismo tono, el de quien reúne el coraje suficiente para aceptar los motivos del desastre y mostrarse digno y entero al borde del abismo, sabiendo que tendrá que caer varias veces antes de volver a mantener el equilibrio.

El resultado es un tema precioso, interpretado a piano y voz, que arranca con una intro de Pop que suena a balada de club nocturno y whisky doble seco, neblina y fotos de Tom Waits en la pared, justo antes de que Marazu irrumpa suavemente en la penumbra y, con la dulzura de una nana, apacigüe el previsible llanto de los sentimientos al verse heridos.

Tan emocionados y eufóricos se sintieron los dos amigos después de concluir esta bellísima despedida que quisieron hacerla pública de una manera especial. Por eso, a los pocos días César madrugó más allá de lo razonable para viajar hasta el gélido diciembre de Ávila, donde lo esperaba Jorge con el desayuno: café caliente y varios kilos de ilusión. Allí, compinchados con un piano de cola y en una única toma, pronunciaron este adiós conjunto ante las cámaras y micrófonos cómplices de Edu Collado y Fernando López, que se encargaron de registrarlo para siempre. Al menos, para siempre que alguien necesite un bálsamo que alivie la punzada de un dolor o que temple el contorno helado de una cicatriz.

Después de todo tan sólo quedaba compartir la historia, y ambos quisieron que Esa canción me suena fuera el envoltorio que acogiese el regalo. Es cierto que obsequios de tal valor no precisan de adornos, pero también lo es que no se debe desaprovechar ninguna ocasión de ofrecer píldoras de la felicidad tan reconfortantes como ésta.

Desde esa certeza, quien firma este texto acepta con gratitud el privilegio que supone poder presentar en primicia esta despedida nacida de un encuentro. El de dos amigos músicos empeñados en demostrar que, cuando se libran en el terreno del sentimiento, algunas batallas dejan también, junto a las huellas del desastre, profundos beneficios colaterales.

Aquí está la prueba de ello, el premio a la derrota. Difícil imaginar un estreno más bonito para una canción especial. Jorge Marazu y César Pop. Haces bien:

Si quieres unirte a la página de Esa canción me suena en Facebook, pincha aquí. Si también nos quieres seguir en Twitter, aquí.