Diego García ‘El Twanguero’: «La música no es elitista, es popular»

EL TWANGUERO escaladaAcude a la entrevista con su brillante Gibson ES 295 (el mismo modelo que solía utilizar Scotty Moore, guitarrista de Elvis) y su ampli Fender de los años 70. Es media tarde y él lleva hablando con periodistas desde las seis de la mañana, hora en la que comenzó el día en una emisora de radio. Diego García, ’El Twanguero’, está en plena promo de su disco Argentina Songbook, un trabajo que ve la luz el 19 de noviembre y que reúne parte del cancionero popular argentino llevado al terreno de este excepcional guitarrista, dueño y señor del sonido twang. A pesar de su jornada maratoniana, no da muestras aparentes de cansancio, quizás porque está acostumbrado a cargar de forma perenne con su guitarra y su amplificador. Con ambos viaja por todo el planeta, tocando solo, acompañando a artistas de la talla de Andrés Calamaro, Enrique Bunbury, Santiago Auserón o Diego ‘El Cigala’ o impartiendo clinic y master class. «El mundo de la música está muy jodido en todas partes y hay que reinventarse constantemente para seguir viviendo de esto sin tener que currar», bromea un músico que, precisamente, sabe bien lo que significa trabajar duro.

Chema Doménech  Fotografía y vídeo: JSMatilla

Diego García (Valencia, 1976) empezó a tocar la guitarra a los siete años, cuando su padre lo matriculó en el conservatorio. Lo suyo es tradición familiar, tal vez por eso él siente la música en su interior. «He tardado años en darme cuenta de que la música está dentro de mí. A veces buscamos fuera, estamos pendientes de cosas de otros sin escuchar lo que está pasando dentro de uno mismo», asegura. Y entre esas cosas que ocurren dentro del guitarrista y compositor hay, por encima de todo, una relación de infinito e incondicional amor a la música.

Con tres discos en su trayectoria (Octopus, Twanguero y The Brooklyn Session), Diego García presenta ahora Argentina Songbook, un álbum fruto de una larga estancia en este país latinoamericano y en el que se dan cita el tango, el folclore y el rock, los tres ‘palos’ de la música popular argentina. Un trabajo en el que han querido estar algunos de sus amigos: nada menos que Bunbury, Calamaro, Fito Páez, Diego ‘El Cigala’ y Ely Guerra acompañan con sus voces la voz personal del ‘Twanguero’, que no es otra que la voz de su guitarra. El disco es de una calidad inmensa, así que la charla comienza por ahí.

EL TWANGUERO-2escalada¿De dónde viene este Argentina Songbook? Todo surge a raíz de que me invitaran a tocar en el Festival de Jazz de Buenos Aires. Yo estaba en una época turbulenta de mi vida y decidí quedarme allí, no quería volver a España. Me quedé y comencé a tocar y a meterme en esa movida mitómana que tienen los argentinos, donde existen los iconos en el fútbol o en la música. Tienen a Maradona, a Gardel, a Fito, a Calamaro… Los convierten casi en una religión. Empecé a pensar en reunir en un disco parte de ese cancionero tan rico y así surgió la idea.

El álbum incluye música de Piazzolla, de Gardel, de Yupanqui, de Maziel, de Charly García, de Spinetta, de Calamaro… ¿Cómo elegiste el repertorio? Yo ya conocía la música argentina y además había estado tocando mucho con Andrés (Calamaro) y él me empezó a dar ideas también, igual que Fito (Páez). Tenía claro lo que quería e iba haciendo maquetas, muchas de las cuales después tuve que dejar fuera. En algunos casos fue una putada porque ya las habíamos grabado y luego vimos que no funcionaban. La grabación del disco fue low cost, me alquilé un estudio unos días y el planteamiento fue ‘vamos a grabar todo lo que podamos’. Nos vendieron la moto de que grabar un disco costaba muchísimo dinero, pero no es verdad. Los discos cuestan tiempo y energía, pero no dinero. Se pueden hacer con un presupuesto bajo. Yo trabajo mucho con la cabeza, imagino las cosas y así aprovecho el tiempo lo máximo posible.

Un disco low cost pero en el que colaboran pesos pesados como Bunbury, ‘El Cigala’, Calamaro o Fito Páez… Sí, bueno (risas). Pero porque son amigos, de otro modo no habría sido posible. En principio el disco tenía un planteamiento instrumental, pero después me di cuenta de que había temas que ‘pedían’ ser cantados. Por eso estos chavales (más risas) me echaron un cable y estoy muy agradecido, claro. Y podía haber tenido más colaboraciones, había otros músicos muy capos que se iban a sumar, pero es que el concepto era música instrumental. Yo quería un disco en el que la guitarra fuera la voz cantante y con el que dejar constancia de mi paso por Argentina. Hice lo mismo cuando viví en Nueva York, estuve tocando mucho por todo el país y justo cuando me iba hice un disco con esa música, en aquel caso The Brooklyn Session.

EL TWANGUERO-3escalada¿Se trata de entender un país a través de su música? Justamente es eso. A mí lo que me interesa es la música de raíces. El rock lo abandoné con Some Gilrs, de los Stones, ahí me planté. Ahora a cualquier cosa que lleve una guitarra eléctrica lo llaman rock, pero a mí realmente lo que me alimenta es la música de raíces, el flamenco, el blues, el tango, el country… Yo no pertenezco a una familia de gitanos de Jerez, soy músico de oficio, de toda la vida, pero echo en falta no haber crecido con una música de raíces. Después de viajar mucho, siento que lo que tenemos aquí es el flamenco, esa es nuestra raíz. A mí siempre me gustó y me lo creo más que al artista de moda que sale en la revista de éxito. A veces eso es mentira, y el flamenco es verdad.

¿No estás muy pendiente entonces de la música actual? Yo respeto lo que se hace y de repente caen cosas que digo, ‘joder, esto mola mucho’, pero no estoy muy al tanto, la verdad. Estoy más pendiente de lo que está ocurriendo en Jerez o de lo que ocurre en Mississippi, con los bluesmen nuevos que están saliendo. Eso me interesa más.

montajeAl poco de comenzar a hablar con Diego García, se hace evidente que el guitarrista lleva la música en la sangre y también en la piel. En el antebrazo izquierdo, el que sostiene el mástil de la guitarra, luce tatuada una palabra de cinco letras ‘Twang’. De ella proviene ‘El Twanguero’, el apodo por el que se le conoce desde hace años. Incluso le están diseñando en Argentina un amplificador que se basará en este sonido y se comercializará con ese nombre, ‘Twanguero’. Pero, ¿qué es el sonido ‘twang’? Mejor que lo explique el propio Diego con algún ejemplo:

Lo tuyo es la guitarra, pero en el disco también cantas. ¿Te sientes cómodo haciéndolo? Me siento cómodo pero no lo hago muy bien, de hecho es un marrón, aunque hay que hacerlo (risas). Es que tener una voz es algo que cuesta toda la vida, y yo creo que conseguí mi voz con la guitarra. Cuando piensas en Eric Clapton piensas en una guitarra, ¿no? Y sin embargo es un cantante cojonudo. No me considero cantante, la verdad, pero tampoco me asusta, es cuestión de currar mucho para hacerlo cada vez mejor.  Con la guitarra igual, necesitas muchos años para empezar a tocar bien.

¿Y tú te vas acercando ya a ese momento? LLevo 30 años tocando la guitarra y creo que me estoy acercando. Quizás en unos años empezaré a tocar bien. Esto es toda la vida, cuando hablan de un joven genio virtuoso… Pienso que eso no existe, yo no me lo creo. El otro día un concertista francés de piano decía en una entrevista que se empieza a tocar bien a los 70 años. Lo entiendo. La interpretación se alcanza al final de una agonía.

Estudiaste en el conservatorio desde niño. ¿Cómo ha influido eso en tu carrera? Me ha ayudado bastante porque aprendí mucho, aprendí la disciplina, sobre todo. Pero hay una parte del aprendizaje academicista de la que reniego un poco.  La música popular no se lee, se escucha. Hace 300 años, como no había registros sonoros había que escribir las partituras, pero hoy en día no. Estoy un poco en contra de la academia, la verdad es que sí. Porque ellos dicen que hay una sola fórmula, pero no es cierto, porque entonces nos estamos perdiendo el 99 por ciento de la música que se hace hoy en día. Un gitano que apenas sabe leer pero te toca unas bulerías que te crujen, ¿qué pasa? ¿Que eso no entra? ¿Y Jimmy Hendrix tampoco?

He escuchado a músicos decir que cuando eliminas espacio para la improvisación, para experimentar, se pierde gran parte del misterio. Totalmente de acuerdo, es que es así. A mí me gusta y respeto el repertorio clásico, pero no comulgo con ese rollo elitista… Nos tienen engañados, la música no es elitista, es popular. No es para la gente culta. Respeto a los músicos clásicos pero no son la élite, aquí no hay élites. La música es para el pueblo. Eso lo he comprobado en todo el mundo.

Y la crisis de la música, ¿también la has visto en todas partes? ¿Es algo global? Sí, pasa en todos los lados. Lo que ocurre es que aquí en España nos habíamos acostumbrado a una cosa que era ficticia, y es que las administraciones apoyaban a todo el mundo. En EEUU vas a un garito y dices ‘quiero tocar aquí’, y te contestan ‘muy bien, pero aquí no se paga. Si tú eres capaz de llenarlo cobra por la entrada y toca’. Yo la primera vez que fui decía, ‘¡joder! Esto es muy nazi’, pero luego te das cuenta de que es así. Yo no puedo ir a un garito, no tener público y pedirle al dueño 500 euros por tocar. En España hubo un momento en que los ayuntamientos tenían dinero para todos. Iba el estudiante de la escuela creativa al festival de jazz del pueblo que fuera y cobraba 1.000 pavos. ¿Que va Jorge Pardo? Entonces me callo. ¿Por qué Los Coronas, que hacen música instrumental, tocan en el Joy Eslava? Porque llevan 20 años tocando. Yo no puedo tocar en el Joy Eslava, ¿debería estar furioso por eso? Pues no. ¿Quién hace giras en España? Los que tienen cojones de llenar los sitios. Es que es así.

EL TWANGUERO-11escaladaEn tu caso, ¿cómo te las arreglas para vivir de la música? Pues aprendiendo todo el rato y haciendo un millón de cosas. Viajo por todo el planeta tocando y tengo la suerte de que hay gente que va a verme. Yo toco, no sé, en Portland, y tengo a 200 fanáticos de la guitarra yankies viéndome. Si hay pasta toco con mi trío, si no hay mucha, pues voy solo. Toco con artistas, soy un músico de acompañamiento, y doy clases, todos los años dedico un mes a impartir clases en España. Pero realmente soy compositor, me considero compositor de música para guitarra. Y también hago mucha música para televisión y cine, de hecho es de lo que vivo fundamentalmente y a lo que me gustaría dedicarme algún día.

¿Cuáles son los guitarristas que te han hecho crecer de verdad? Hay muchos. Jeff Beck siempre ha sido uno de ellos. Chet Atkins, que es el estandarte del Finger picking, del FingerStyle. Keith Richards también me encanta. Y los flamencos, Moraíto Chico, El Tomate… Guitarristas de grupo, George Harrison, Johnny Greenwood, de Radiohead… Me gustan los guitarristas que aportan algo diferente, suyo y particular. A mí también me gustaría dejar mi granito de arena.

EL TWANGUERO-12Cierras los créditos del disco con la siguiente afirmación: «Lo hice con todo el amor y respeto que se merece. Porque la música lo es todo para mí». Emocionante, ¿no? Es la verdad. Yo amo la música. Hay una parte fea de todo esto que es el business, donde hay gente que no tiene ni puta idea y defiende unos intereses muy alejados de la música. Hay festivales de rock que parecen pensados para vender el último modelo de teléfono móvil. Eso existe pero mi guerra es otra. Lo cierto es que sí, que todo lo que hice en mi vida, lo hice por la música.

Para concluir esta entrevista, Diego García quiso dedicar a todos los seguidores de Esa canción me suena uno de los temas que incluye su Argentina Songbook, El día que me quieras. Realmente, es un privilegio escucharlo, como lo fue celebrar este encuentro en Tormenta&Marea, un lugar de Malasaña tan especial como sus dueños, Susana y Jose. Desde aquí, muchas gracias. Y ahora, disfrutad:

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6 comentarios sobre “Diego García ‘El Twanguero’: «La música no es elitista, es popular»

  1. El amplificador que le estaban diseñando y al que hace referencia en la entrevista, no está fabricado en Argentina sino en España por un Argentino que lleva mucho tiempo viviendo en Madrid , la marca es KAHAYAN. http://www.kahayan.es

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