La suya es una de esas historias que comienzan en el patio de un colegio, cuando unos chavales con la cabeza llena de sueños e interrogantes deciden juntarse para tocar canciones. Álex Matía, Luis Pastor y Pablo Sánchez vivieron ese momento a los 16 años siendo alumnos del Colegio Chamberí, en Madrid. Poco meses después estaban dando conciertos en salas para menores de edad como ellos, en las que no se podía servir alcohol, actuando bajo el enigmático nombre de Básico Permanente. Han pasado siete años y aquel grupo de tres amigos es ahora de cuatro, tras la incorporación como bajista de Antonio Ávalos. Sus seguidores ya toman copas, pero muchos de aquellos sueños de adolescente se mantienen intactos. En cuanto a los interrogantes, algunos han sido sustituidos por certezas, lo que resulta evidente pocos minutos después de comenzar a charlar con ellos. Siguen siendo muy jóvenes, pero tienen los pies anclados al suelo. Los encontramos en su local de ensayo al anochecer de un día de otoño en el que, como tantos otros, tampoco llegarán a casa a tiempo de ver su serie americana favorita.
Texto: Chema Doménech Fotos y vídeo: JSMatilla
Porque para estos cuatro chicos, nada es tan importante como la música y por eso le dedican todo el tiempo que le pueden robar a sus ocupaciones. Alex, Pablo y Luis están terminando la carrera en la universidad y Antonio trabaja pero compagina su jornada laboral con los estudios de Historia. Afirman que su sueño es ganarse la vida sobre los escenarios, aunque son conscientes del momento que les ha tocado vivir. «La vida real dice que para hacer música ahora mismo hay que gastarse dinero. Hay que pagar instrumentos, cuerdas, local… Y para eso se necesita otro trabajo o lo que sea. Tampoco hay que obsesionarse con ser una rockstar, lo más importante es ser constante y mantener la ilusión y las ganas«, dice Antonio ante la aprobación de los demás.
Son las nueve de la noche de un lunes y ellos ya llevan un buen rato en el local de ensayo, echándole precisamente ilusión y ganas. En estos momentos el grupo se encuentra en pleno proceso evolutivo, experimentando sonidos, dando vueltas a las canciones que formarán parte de su próximo disco, el que será su primer trabajo de larga duración. Con innumerables conciertos a sus espaldas a lo largo de estos siete años, Básico Permanente publicó en 2012 el EP Dos señales, grabado y producido por José Nortes en la Cabaña Sonora, y ahora prepara su puesta de largo.
«Creo que estamos en la búsqueda, en el camino, yo me siento así», dice Alex Matía, guitarrista, cantante y compositor de todas las canciones del grupo. Ante la pregunta acerca de su estilo, enseguida aparece el rechazo a cualquier etiqueta. «No nos gusta definirnos», afirma Alex. «Venimos del pop rock pero ahora estamos haciendo otras cosas, estamos experimentando. Todavía somos jóvenes, hay que probar».
Todos aseguran sentirse unidos por su querencia por el rock clásico, pero las influencias de cada uno son dispares. Así, Luis, voz y guitarra, acaba de llegar de Londres de ver al fin a su idolatrado John Mayer y se declara un enamorado del blues. «Es lo que siempre he escuchado, me encantan guitarristas como Stevie Ray Vaughan y, si me pongo a tocar en casa, me saldrá eso seguramente». Pablo, por su parte, afirma sentirse identificado con músicos innovadores. «Me gustan los que no se ciñen a una pauta musical, sino que experimentan y arriesgan. Gente como Brian Eno, por ejemplo. También los músicos que se autogestionan y consiguen abrirse camino, como Pajaro Sunrise«. Antonio reconoce ser fanático de Bowie y de Bunbury, «desde Héroes del Silencio hasta el disco que acaba de sacar», y Alex confiesa haber crecido escuchando a Led Zeppelin o The Who, si bien sigue muy de cerca la musica nacional: «Todos los fines de semana voy a conciertos, últimamente he estado viendo a Carmen Boza, a Itziar Baiza, a Fabián… Me interesan muchas cosas distintas, creo que no hay que cerrarse a nada».
Con ese espíritu abierto, el mismo que les hizo recorrer hace un par de veranos el Delta del Mississippi a la búsqueda de los sonidos que han marcado sus vidas (en Nashville vivieron una experiencia que después convertirían en canción), los chicos de Básico Permanente miman el proyecto de publicar su primer disco largo. «Necesitamos una producción exhaustiva de las canciones, lo que queremos es trabajar la producción desde el local», afirman. Por eso buscan la figura de un productor que se involucre con su música, que investigue y marque una pauta. Según Alex, «es importantísimo que alguien se implique y sepa llevarnos hacia donde queremos ir».
De momento, el grupo sigue en su particular búsqueda, en el camino. Y lo hace como mejor sabe, subiéndose al escenario en cada ocasión que se presenta. El próximo viernes 15 noviembre actuará en el Moroder Sound Club, en Madrid, en un formato especial entre acústico y eléctrico, y el 23 de diciembre lo hará íntegramente en eléctrico en la sala BarCo. Alex también tendrá un bolo en solitario el 28 de noviembre en el Dog&Roll. Serán ocasiones de comprobar el momento actual de una banda que tiene todo por ganar y que no se obsesiona por el futuro. Por ahora le basta con seguir disfrutando de la música «porque es lo que más nos gusta, eso lo tenemos claro».
Como muestra, el siguiente vídeo grabado entre risas y canciones en el local de ensayo. El mismo donde Básico Permanente trabaja duro, con ilusión y con ganas, y alimenta los sueños nacidos hace unos años en un patio de colegio.
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