Lo que esconde una portada

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Esta cubierta (fotografía y diseño) es obra de Fernando Maquieira. En su sencillez, es una preciosa portada que recoge la esencia de la historia que se narra en el libro. Al ilustrarse con una fotografía de la misma serie que la imagen que finalmente se incluyó en la tapa de Salitre48, es reconocible a primera vista y se asocia con el disco de forma automática. La figura a contraluz de Quique González, sentado sobre la funda de su guitarra en el margen de una carretera que se dirige hacia un mar en calma, realza la soledad del músico. La misma que debió de sentir muchas veces durante los dos años de gestación de esas canciones en las que nadie parecía creer, salvo él y su círculo más cercano. Al mismo tiempo la imagen desprende luz, como aquella colección de lunas llenas de las que habla Crece la hierba. La fotografía apareció hace meses, mientras repasábamos en el estudio de Fer el abundante material que conserva de aquella semana de trabajo en el Cabo de Gata de hace 15 años. Enseguida estuvimos de acuerdo en que sería la portada del libro. Ya estaba decidido el título, Quique González en el disparadero (referencia explícita a una de las canciones del álbum) y la imagen no hacía otra cosa que reforzar su significado. Ninguna plasmaría mejor la idea de un músico con un largo e incierto camino por delante, colocado por voluntad propia en el mismo disparadero. Después vendrían los ensayos con las tipografías, la búsqueda de armonía en la composición, el suave retoque de color, las pruebas de impresión, la preferencia por el papel mate… Debatimos incluso sobre el tacto que debería poseer esa imagen como tapa del libro, y tener tan claro lo que queríamos me sirvió de argumento para declinar alguna de las escasas ofertas editoriales que se presentaron. Fer Maquieira –que es ya un querido amigo– y yo sabemos el mimo que hay detrás de esta portada, y quería compartirlo y reconocérselo. Porque en un mundo que tiende a la chapuza y al trazo grueso, a la desidia y a la falta de rigor, siempre es tranquilizador tener cerca a alguien que hila fino y cuida los detalles. Y porque a veces me encuentro el libro por casa, y fijar por un momento la mirada en su cubierta es suficiente para hacerme sonreír.

#Eneldisparadero sigue a la venta en librerías, en los puntos de merchandising de la gira de ‘Quique González y Los Detectives’ y en el blog. Puedes comprarlo ahora pinchando aquí.

@chemadomenech

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